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¿En qué consiste realmente la nube?

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La nube, conocida en inglés por el término cloud computing, es un modelo innovador de uso de las tecnologías de la información, por el que la pasada información de tu PC, ahora pasa a estar ubicada en el interior de unos servidores remotos, a los que accedes a través de Internet.

Se puede afirmar que la nube, basada en el concepto clave de proporcionar acceso instantáneo y constante a los datos propios, a través de cualquier dispositivo conectado a la red, no fue creada para expertos sino más bien para usuarios corrientes que precisan de soluciones rápidas y simples como tú.

La nube es de uso diario y universal, aunque todavía no seamos conscientes de ello. Por ejemplo, cuando utilizas un correo electrónico tipo Gmail o Hotmail mediante tu navegador, estás accediendo a los correos, contactos y archivos adjuntos que están alojados en los servidores de las distintas empresas.

En cualquier caso, si la nube es de innegable utilidad para cualquier usuario, en el caso de las empresas se convierte casi en una necesidad insoslayable, por una serie de ventajas que le son inherentes:

  • Permite el acceso remoto a los programas y archivos desde cualquier lugar y dispositivo conectado a Internet, ya se trate de un PC fijo, un portátil, una Tablet o un Smartphone.
  • Todo el software está en la nube, liberándote de hacer instalaciones en equipos locales. El único programa necesario será tu navegador, y el proveedor será el encargado de las actualizaciones, evitándote esa tarea y mejorando continuamente los recursos tecnológicos ofrecidos.
  • La nube permite un ahorro en costes de software y hardware, ya que un mismo programa puede ser compartido por muchos usuarios, sin tener que adquirir una copia individual. Además, es típico del servicio pagar exclusivamente por lo que se utiliza.

Similar ahorro se produce en el mantenimiento técnico, que de nuevo corresponderá al proveedor, encargado de sus propios servidores.

  • La escalabilidad de la nube resulta crucial para las empresas, pues permite un crecimiento gradual rápido, cuando las necesidades así lo requieran. Supone un aumento del rendimiento, por cuanto estos sistemas controlan y optimizan el uso de los recursos automáticamente.

Las actualizaciones son automáticas, a cargo del proveedor y respetan las personalizaciones o procesos de integración que el usuario hubiera podido llevar a cabo en el software.

  • La nube ofrece seguridad, ya que es evidente que los proveedores están en disposición de dedicar muchos más recursos a esta cuestión que sus clientes. Aun así, éste sigue siendo uno de los aspectos más discutidos y controvertidos.

El cloud computing ofrece diferentes modelos de servicio, comenzando por el considerado más superficial, conocido como la «infraestructura como servicio» (IaaS), o también llamado «hardware como servicio» (HaaS), que consiste en la entrega de almacenamiento básico, para guardar archivos y documentos, así como servicios estandarizados en la red.

En una capa intermedia de la nube se encuentra el modelo de «plataforma como servicio» (PaaS), en el que se ofrecen las funciones de desarrollo y herramientas de programación, para que el usuario desarrolle sus propias aplicaciones y las controle, sin poder controlar la infraestructura que las acoge.

Por último, en la capa más alta se encuentra el modelo de «software como servicio» (SaaS), que se caracteriza por una aplicación completa ofrecida como un servicio por demanda y que posibilita que el mismo software que se ejecuta en la infraestructura del proveedor pueda servir a múltiples clientes.

Como usuario no tienes control sobre ese software que utilizas, salvo algunas configuraciones particulares, pero su uso te ahorra los costos de instalación y mantenimiento en tus equipos.

Gabriel Sales

Gabriel Sales

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