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3 tips para mejorar tu seguridad en la nube

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Fue en el verano del 2014 cuando los internautas de todo el planeta se dieron cuenta de repente que sus datos colgados online no eran inmunes de riesgos. Fotos de Rihanna, Kate Upton, Selena Gómez, Kim Kardashian, Jennifer Lawrence, Emma Watson, Kirsten Dunst y otras famosas, desnudas o en actitud sexy, empezaron a circular por la red sin que las interesadas pudiesen hacer nada para oponerse. Aprovechando un agujero en el sistema de seguridad de contraseñas de Apple, unos piratas informáticos habían conseguido acceder a archivos privados guardados en iCloud, el servicio de la compañía de Cupertino, para apoderarse de esas imágenes y difundirlas en internet.

No era la primera vez. En 2011 le tocó a Scarlett Johansson ver en los medios de todo el mundo unos selfies que se había hecho en su cuarto de baño. No fue ni mucho menos el único caso. Apenas un mes y medio más tarde volvió a pasar lo mismo: se hicieron públicas más fotos robadas de la “nube” de famosos – famosas, sobre todo. En total afectó a unos sesenta, según la lista publicada por Daily Dot.

El hecho sembró dudas sobre la seguridad del servicio de Apple, aunque no faltó quien insinuara que todo era una maniobra publicitaria. Fuera como fuera, hoy sabemos a ciencia cierta que si decidimos contar con la nube tenemos que tomar medidas de seguridad para evitar que nuestros datos sensibles (número de cuenta bancaria, email privados, números de teléfono..,) acaben en las manos del crimen digital.

Pero, ¿es posible protegerse de un hackeo? Una buena pregunta, a la cual intentaremos dar respuesta. Antes tenemos que dar un paso atrás, ya que puede ser peligroso dar cosas por sentado. Cuando se cuelga un archivo en la red, hay ciertas cuestiones que debemos plantearnos. Todo el mundo utiliza la nube para almacenar sus archivos – en 2012 la usaban el 86% de las empresas, según un estudio de VB News – y para acceder a ellos en cualquier momento, sin necesidad de sobrecargar su disco duro.

Algo genial, sin duda, sobre todo si tenemos en cuenta que los servicios cloud por lo general aseguran una protección suficiente. Siempre que subimos un documento o una foto a Box, a iCloud, a Drive o a Dropbox, sin embargo, debemos tener en cuenta que estamos subiendo nuestros datos a un servidor, es decir, a un ordenador. Hay que ser conscientes de que este ordenador es controlado por seres humanos que – solo en teoría, por suerte – pueden acceder a nuestros datos, pero sobre todo pueden cometer errores. Además, hay que ser conscientes de que los sistemas de seguridad, como hemos visto no son infranqueables, y los criminales de la web siempre están en acecho, preparados para sacar provecho del menor fallo.

3 ‘tips’ para de defenderse del cibercrimen

¿Cómo protegerse, entonces? ¿Es posible prevenir el riesgo de que alguien se apodere de nuestros documentos? La premisa obligatoria es que nadie ni nada puede estar totalmente seguro si navega por la red, aunque sí podemos tomar medidas para mejorar nuestra seguridad. Aquí tienes 3 sencillas normas que te permiten subir de un nivel tu seguridad digital.

  1. Encripta tus archivos Regla número uno de la seguridad en la nube: protege siempre tus datos usando contraseñas complejas, difíciles de adivinar y que por otro lado puedas recordar (si no tendrás que escribirla en otro documento, que deberás encriptar para que nadie lo vea con una contraseña difícil de descubrir que por otro lado deberás…). Si tu servicio de almacenamiento de datos ofrece opciones de autenticación, úsalo; si hay doble factor de autenticación, mejor. Y si tienes a disposición encriptación local, no dudes en utilizarla.
  2. Si no quieres compartirlo… ¡no lo subas! La regla número dos es, de hecho, la número cero. Como advierten desde ESET, unos de los gigantes mundiales de la seguridad en Internet, no existe servicio cloud seguro al 100%, y tampoco haría falta especificarlo. Con lo cual, la pregunta que deberías hacerte antes de guardar un archivo en la nube es: ¿Si fuera un documento de papel, se lo daría a un extraño, o a mi vecino de toda la vida, en un sobre bien cerrado y sellado? Si la respuesta es no, encontes ya sabes que tienes que hacer con ese pin de la cuenta bancaria, o esa peculiar instantánea.
  3. Cierra siempre tus sesiones. La tercera y última regla de nuestro breve vademecum se refiere a tu conducta cuando apagas el ordenador. No es suficiente cerrar el navegador, pues la sesión puede seguir abierta y el usuario siguiente visualizarla. Hay que desloguearse utilizando la función “salir”, “cerrar” o “logout”, sobre todo si se ha utilizado en un ordenador compartido, y en este caso específico mejor borrar la caché y la cronología, que la prudencia nunca estorba.

En conclusión

Estos son algunos tips para mejor proteger los archivos y los datos que eliges entregar a la nube. Para despedirme, con un símil quizás un poco atrevido pero eficaz, diré que la prevención online es como una vacuna: te ayuda a no enfermar, pero nunca te puede inmunizar del todo (si la frase te ha gustado, puede que les guste a tus amigos y a tus seguidores también, así que no tengas miedo y tuitéala).

[Tweet «La prevención online es como una vacuna: ayuda a no enfermar pero no te inmuniza al 100%»]

Cuando utilizas un servicio cloud, por lo tanto, tienes que ser consciente de que siempre habrá un riesgo, aunque mínimo, y que es preciso hacer todo lo que puedas para evitar tener problemas. Si no lo sabías, estás a tiempo para arreglarlo; en el caso contrario, me gustaría que me contaras en qué manera te proteges tú. Porque ya lo haces, ¿verdad?

¡Hasta la próxima!

OZONGO

OZONGO

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